jueves, 24 de marzo de 2011

Corriendo, me corri

Como cada mañana, salí a correr antes de ir a trabajar. Solo que esta vez tuve una grata sorpresa. Mientras corría, en dirección contraria a la mía, un chico algo más maduro que yo, unos 30 años o algo así, se cruzo brevemente. Pero pude contemplarle a cámara lenta:

Tez morena, 185 centímetros mas o menos, bien definido, labios finos, ojos oscuros a primera vista. Cabello moreno y rapado. Rasgos árabes muy sexy.

Cuando paso al lado de mí yo me pare para mirarlo y ese trasero me siguió hasta mi más intimo deseo de poseerlo. Encontré a ese hombre dos días mas por la misma ruta, así que uno de los siguientes días fingí torcerme el tobillo para ver si paraba.

- AYYYYY - grite.

- ¿Estás bien? - Dijo él, parándose junto a mí.

Acercándose a mí, le mire a los ojos. Sus ojos color miel me impactaron, dejándome en el suelo.

- Buffff, me duele... seguro que he estirado mal o no se... ay como duele - me quejaba falsamente.

- Espera, te ayudo - se agacho, y cuando lo hizo su paquete se marco en esos pantalones de corredor - Si quieres te acerco a tu casa -.

- ¿En serio? Ay gracias, está cerca, eres muy amable - puse una sonrisa de oreja a oreja.

Me agarre a él y me levante rápidamente ayudado. Fingí cojear y me presente.

- Hola me llamo Javi, ¿tu? - dije

- Omar, encantado - sonreía.

Poco a poco íbamos andando, pero empezó a llover así que sin darme cuenta empecé a andar más rápido y pise en mi pie "malo" para correr a mi casa con Omar detrás. Cuando llegue y entramos el me hizo una pregunta que me dejo helado:

- Vaya... te has curado enseguida, ni siquiera has cojeado - me miro el pie.

- Ah... es que... yo... - empecé a tartamudear.

- Jajajaja... tranquilo... tu también me pones y bueno llevo días mirándote - dijo sonriendo.

Entonces no supe que decir. Omar me explico que llevaba días viéndome salir a correr, que él vive frente al parque y me
Ve correr siempre, pero que decidió empezar a cruzarse delante de mí para que me fijase yo en el también.

- Ah vaya, ósea que... ¿tenía que hacerlo yo todo? Jajaja - me empecé a reír.

- Bueno... esto... si jejeje. - dijo colorado.

- ¿Sabes? Me gustaste desde el primer momento... tienes un... algo que me pone. - decía mientras me tocaba el cuello y me mordía el labio inferior.

- ¿¿AH SI?? ¿Y que más? - dijo Omar acercándose.

- Pues... esos ojos... esa nariz... esa boquita - decía muy bajito.

- ¿¿SI?? ¿Te gusta mi boquita? - dijo Omar ya pegándose a mí.

- Aja... y adoro tu culo... cuando corres, deberías de verte de espaldas. - Sonreí.

- Deberías de ver el tuyo cuando corres tu jajajaja - sonrió y después me agarro del culo.

- Buffff... si sigues por ahí... - dije totalmente ardiendo.

- ¿Acabaremos corriéndonos? Lo sé - dijo Omar y después me beso con lengua unos segundos.

Después del beso lo mire como atontado y fui a por otro beso, esta vez más largo y agarrándole su espalda ancha. El amasaba mi culo a su antojo por encima del pantalón, cosa que me estaba calentando por segundos. Poco a poco le iba empujando hacia mi cuarto donde le quite la camiseta y vi su pecho estupendo, de oso, velludo. Lamí sus pezones con delicadeza, agarrándolo por la cintura, y él me quito también la camiseta y me acariciaba la espalda. Sentía sus manos suaves sobre mí. Fui bajando hasta su ombligo, siempre besándolo con ternura. Cuando llegue a la goma del pantalón me detuve.

- ¿Vamos a correr? - sonreí maquiavélicamente.

- Vamos ya nene - me devolvió la sonrisa mientras se quitaba rápidamente los pantalones de corredor.

Yo también me quite los pantalones, y ambos en slips blancos, nos besamos como locos, yo tumbado sobre mi gigante (mido 175) sintiendo nuestras pollas duras, una contra la otra, separadas tan solo por dos telas. Quitándonos las zapatillas y calcetines, me baje los calzoncillos dejando ver mi verga dura al aire. Omar me la acaricio con dulzura pero no se quito aun su slip. Eso me ponía más cachondo. Me tumbe boca arriba en la cama con las piernas abiertas y empezó a comerme la polla. Sabía hacerlo con gran estilo, mi rabo mide 16 centímetros pero es muy gruesa. Lo agarre de la cabeza para que tragase y soltase rápido. Me daba mucho placer. Antes de correrme le dije que parase, que quería follar así que, me acerque a su slip y se lo baje, estando, él, boca abajo. Su culo era exquisito. Empecé a lamer sus nalgas, duras y separe esas montañas para llegar a su preciado tesoro, donde metí mi lengua varias veces con firmeza. Olía el sudor entre sus piernas del ejercicio hecho, a macho. Sus huevos aparecían debajo y empecé a lamerlos también.

- Gírate vamos... quiero comerte la polla - dije totalmente serio.

- Ok nene - dijo Omar entre suspiros. De un golpe se giro dejándome ver su rabazo.

- ¡DIOS! Pero... ¿cuánto te mide esto? - dije asustado.

- Unos 25 centímetros y después ayuda que sea gorda - Omar sonreía mientras se cogía el nabo.

- ¿25? ¿Y la sueles meter? - dije aun asombrado.

- Bueno, pocos se atreven... algunos empiezan pero pocos acaban. Pero como soy versátil me las apaño - dijo Omar.

- Pues me apetece probar jejeje - dije levantándome.

Fui a mi cómoda donde tenía los condones y el lubricante. Los saque y los puse cerca.

- Para dentro de un rato, ahora sigamos - dije.

Mire la polla palpitante de Omar y con una mano la puse mirando al techo. Era realmente grande y muy apetecible. El se tumbo y empecé a lamerle las pelotas y poco a poco fui subiendo hasta llegar al glande. Entonces intente tragar polla, pero me parecía imposible, era tan gorda y larga que no llegaba ni a la mitad. Me quedaba sin aire y volvía al inicio. Hice varias intentonas pero nada. Así que opte por ir a cachos, besándola, lamiéndola, chupando ese pedazo de rabo que el destino me había regalado. Entonces Omar propuso un 69, al que accedí encantado. Mientras me divertía con su polla, encima de su pecho y estomago, el jugaba con mi culo metiéndome primero un dedo bien lubricado. Iba con gran cuidado, sacando y metiéndolo con tal gusto que mi polla rebotaba en el. Siguió así hasta meter tres dedos, los cuales me empezaron a gustar aunque en un principio era algo molesto.

Entonces Omar me dio una palmada en el culo y me levante. Ya estaba listo para su cipote. Me puse contra la almohada y el culo bien en pompa. Omar se había colocado un condón y gran cantidad de lubricante para no hacerme ningún daño aunque eso sería casi imposible. Coloco su glande en la entrada de mi culito y empujo suave. Note como su enorme anchura intentaba entrar a la fuerza dentro de mí, y cerré los ojos y apreté los dientes. Omar siguió empujando. Su polla apenas se había metido y yo estaba realmente dolorido, quería acabar ya. Empezó con un suave vaivén.

- Tranquilo nene, si te molesta me dices y la saco - dijo Omar susurrando.

- Ni se te ocurra... ¡tu dale! - decía yo casi a punto de gritar.

Entonces de nuevo empujo de nuevo un cacho mas de nabo dentro de mí. Parecía que el lubricante no existía entre nosotros. Ardía tanto. Poco a poco enterró su rabo hasta el fondo, incluso me sentí aliviado. Y empezó a sacarla de nuevo con un movimiento de cadera muy suave hacia los lados y así la volvía a meter y sacar. En un principio era muy doloroso pero al de unos minutos empecé a notar placer y moví mi culo a su compás, tragando su polla.

- ¿Te gusta así verdad? - decía ya súper cachondo.

- Si nene... muévete, follate mi polla - susurraba Omar.

- Claro que te la follo, mira perro... - decía yo sudando.

Después de varios minutos cambiamos de postura. Me tumbe boca arriba, me puse un cojín en la cabeza para visualizar mejor. Omar me abrió las piernas y se metió el ahí, y jugando su pollón con el mío, al final me la clavo. En esta posición tenia mas acceso de movimiento de cadera, así que lo aproveche para darle duro a su polla, cosa que nos compenso a ambos, ya que él estaba súper cachondo y me la metía como loco. Sentía que me iba a correr.

- Omar... ¡Me corro tío, me corro! - decía casi sin respiración.

- ¡Venga nene, si... córrete para mí! - Omar me la metía con más fuerza.

- ¡Dioooos aaaahhhhhhhh! - empecé a echar lefa sobre mi estomago y pecho, incluso me llego alguna gota de leche a la cara. Omar me seguía follando y se iba a correr.

- ¡Así me gusta rey! ¡Así, así...! - decía Omar sudando mientras me follaba. - ¡¡ME CORRO NENE, ME CORRO!! -

Omar se tumbo encima de mí y empezó a metérmela como si estaría furioso. Me abrazo y sentía como se corría dentro de mí. Saco su polla al de unos segundos y quitándose el condón me enseño su leche dentro de la goma, una cantidad fascinante. Se tumbo encima de mí y sentí aun su polla dura en mi polla morcillona. Nos besamos un buen rato y descansamos. Después fuimos al baño y follamos en la ducha. A partir de ese día, ya no voy a correr solo. Salgo con Omar y nos corremos juntos.

Besotes para todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores